Trata de Personas: Un acercamiento a la realidad nacional

A partir de la adopción del Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente de mujeres y niños que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada, también denominado como Protocolo de Palermo, muchas y diversas han sido las posturas, estrategias y abordajes que han emprendido los países para luchar contra este crimen arraigado en profundas causas estructurales como la discriminación, la violencia de género, la falta de acceso a las oportunidades, la corrupción y la desigualdad. México fue uno de los primeros países en ratificar el citado instrumento internacional y, desde entonces, se ha aprobado legislación, tanto a nivel federal como estatal; se han creado fiscalías especializadas y comités interinstitucionales y existen diversos esfuerzos dirigidos a la implementación de protocolos de detección y atención a víctimas. Sin embargo, los retos siguen siendo muchos en términos de coordinación e institucionalización de políticas públicas y la escasez de información en torno a la trata de personas y las modalidades de explotación que derivan de ésta, una de las mayores limitantes para enfrentarla y erradicarla.